American International College celebró su ceremonia de graduación número 139 en el MassMutual Center el sábado, 11 de mayo, enviando a 603 graduados a la vida con títulos de licenciatura, maestría o doctorado. A pesar de toda la pompa, las circunstancias y el buen humor, también fue una ceremonia que celebraba lo improbable. Para empezar, la clase graduanda de 2024 comenzó la universidad en lo más profundo de la pandemia de COVID-19.
Cuando él creció en el vecindario McKnight de Springfield y corrió con su equipo a Interskate 91 o Riverside para divertirse, y al Boys and Girls Club para casi todo lo demás, le preguntas a la gente qué probabilidades había de que Mike Williams se convirtiera en alguien. Probablemente no es nada probable, podrían haber dicho. De ninguna manera se convertiría en asistente especial del presidente de los Estados Unidos y sería su director principal de asuntos del gabinete. El niño que tenía miedo de jugar con las pelotas perdidas porque podría ser golpeado, es un candidato bastante improbable para convertirse en director ejecutivo de Americorps, la fuerza pública de voluntarios más grande del país.
Como orador principal de la graduación de AIC, Michael D. Williams les dijo a los graduados y a sus familias que todos son como él.
“Mi historia podría ser la tuya también. La gente te ve pero no siempre ve tus luchas. Hay algunos desertores de la escuela superior en esta sala,” él dijo, observando a la multitud. “Aquí hay algunas personas con problemas de aprendizaje. Hay algunos padres solteros y adictos en recuperación, algunos refugiados, algunos hambrientos y algunos que a veces se sienten desesperados. Pero la AIC los quería porque sabía que lo que algunos veían como obstáculos, ustedes los iban a utilizar como trampolines”.
No siempre es necesario que nos guíen los aparentemente fuertes y llenos de certeza, él dijo.
“A mí me enseñaron que Dios califica los llamados y llama a aquellos que han sido quebrantados a liderar no por sus debilidades o luchas, sino debido a la experiencia, la empatía y el carácter que surge de esas luchas,” dijo Williams.
Kandice E. Jones fue la última persona en recibir su pergamino, y si escuchaste a los médicos en su nacimiento, no es probable que esté aquí. Sin embargo, después de que todos los demás cruzaron el escenario y estrecharon la mano de la presidenta interina Nicolle Cestero, Jones alineó su silla de ruedas y se dirigió hacia donde estaba Cestero para aceptar su doctorado en educación en consejería de salud mental, solo uno de los 36 doctorados conferidos en la ceremonia.
“Yo tengo parálisis cerebral,” dijo después de la ceremonia. “Cuando yo nací, los médicos les dijeron a mis padres que no podría funcionar como una niña normal.”
Gracias a la perseverancia y el arduo trabajo de sus padres, Jones mostró dotes intelectuales que los médicos consideraban poco probables. Pero ella también trabajó duro y no ha terminado.
“Yo planeo estudiar para mi examen de licenciatura en otoño. Eso me lleva a donde puedo abrir mi propia práctica,” dijo Jones.
En la ceremonia se entregaron 216 títulos de licenciatura, 279 de maestría, 72 certificados de posgrado y los 36 doctorados mencionados.
Traducido por Damaris Pérez Pizarro
